domingo, 17 de agosto de 2025

El Che Guevara en clave de masculinidades emergentes para un modelo de emancipación 60 años después (1965-2025)

Por Fernando Pequeño Ragone

 En las últimas semanas compartí el cursado de la diplomatura en Masculinidades en su segunda cohorte dirigida por la psicóloga tucumana Gabriela Córdoba y el sociólogo uruguayo Darío Casals[1]. Lo hice junto a compañeros/as a lo largo y ancho del país (Jujuy, Salta, San Juan, Ushuaia).  Hace tiempo tenía pendiente la reseña de un texto producido por la Comisión de Homenaje al Che en el que se dieron cita una veintena de autores. La Comisión decidió incorporar dos ensayos históricos del Che, de 1965 y 1967. Se trata de la obra “Revolución, rebeldía y esperanza. Ensayos sobre Ernesto Che Guevara” [2] nacida en 2024.

Fue en noviembre de 2024 cuando compañeros del campo popular militante en Salta, cursaron invitaciones para conversar sobre las ideas del Che Guevara en el contexto actual. Fue un momento en el que pudimos juntxs denunciar un capitalismo en profunda crisis, junto a la emergencia de gobiernos "neofascistas" y "ultraliberales" que socavan la democracia y los derechos[3] . Y empezar a hacer inteligible en el campo popular las estrategias y la presencia fortalecida de una "Nueva Aristocracia Financiera y Tecnológica" que impone una "guerra cognitiva" y la hiperfragmentación social. Los presentadores del libro en Salta, en coincidencia con la veintena de autores que se dieron cita en el texto, entrelazan estas preocupaciones con las ideas centrales de las obras de Che Guevara incluidas en la compilación.

Mientras construía la reseña no podía dejar de focalizar en la escritura de los autores sus ideas en torno a las masculinidades desde una perspectiva de género a la luz de las proposiciones que trabajamos de modos tan dinámicos a lo largo de los encuentros virtuales en la diplomatura. Las dimensiones en torno a las masculinidades que abordamos y problematizamos en la Diplomatura, al compararlas con las ideas a lo largo de los capítulos del libro "Revolución, rebeldía y esperanza", evidencian una profunda continuidad en la búsqueda de la emancipación de nuestra sociedad latinoamericana, si bien los contextos históricos de las obras del Che (1965 y 1967) y la reflexión actual (2024) generan significativas relecturas y nuevas urgencias. A continuación, presento proposiciones que recuperan ideas sobre las masculinidades a partir de esta comparación extensa.

 

Del "Hombre Nuevo" a la deconstrucción de la masculinidad hegemónica: la forja de una nueva subjetividad como eje de transformación social.

Ernesto Che Guevara, en su ensayo "El socialismo y el hombre en Cuba" (1965), postuló la necesidad de construir un "hombre nuevo" y una "mujer nueva" liberados de la alienación capitalista, capaces de sentir el trabajo como un deber social y de desarrollar una conciencia plena de su ser social, rompiendo las cadenas de la enajenación para alcanzar su realización humana. Esta visión aspiraba a una transformación subjetiva radical en la edificación socialista. De manera paralela, en la Diplomatura en Masculinidades (2025) acordamos el propósito central de la deconstrucción crítica de la masculinidad hegemónica, una construcción sociocultural que impone a los varones roles rígidos como la autosuficiencia, la represión emocional, el control y el dominio, generando costos significativos para su bienestar y para las relaciones igualitarias. Ambos marcos de pensamiento convergen en la convicción de que la transformación social profunda requiere una remodelación de la subjetividad, pasando de un ideal de "hombre" que "debe hacer, hacer, hacer" y "espectacularizar" su potencia para obtener validación a uno que permita la expresión de la ternura, la empatía y la conexión emocional. En esencia, la búsqueda contemporánea de una "autosuficiencia doméstica de cuidados y parental", más real y relacional, es una relectura de la aspiración guevarista de una humanidad que se reapropia de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su condición humana.

 

La coherencia ética como imperativo continuo: del "poner el cuero" a la revisión personal del facilitador.

El Che Guevara, en sus escritos y en su vida, encarnó la coherencia entre "pensar, decir y hacer", poniendo "el cuero detrás de la palabra". Los autores de "Revolución, rebeldía y esperanza" lo reivindican como un "faro indiscutible del accionar insurgente", cuya ética y principios sólidos iluminan las luchas. Esta demanda de integridad y autoexigencia se traslada al presente en las discusiones surgidas en los intercambios de la Diplomatura en Masculinidades. Gabriela Córdoba y Darío Casals enfatizan que los profesionales que abordan las masculinidades deben haber atravesado un "proceso personal de revisión de su propia masculinidad", demostrando una "coherencia entre el decir y el hacer" para evitar reproducir dinámicas de dominio en el grupo y poder intervenir con "ternura" y "amor político". Así, la ética guevarista de vivir conforme a los ideales se actualiza en la necesidad de que los "agentes de cambio" en el campo de género sean un ejemplo vivo de la transformación que buscan promover, trascendiendo el mero conocimiento teórico para integrar una profunda autoobservación consciente.

 

Del anticolonialismo radical a la resistencia contra el neoliberalismo y la "guerra cognitiva": la evolución de la lucha contra un sistema global de dominación.

El "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental" (1967) del Che constituye un diagnóstico y un llamado a la confrontación global contra el imperialismo estadounidense, la última etapa del capitalismo, que ejercía dominación económica, militar y política sobre los pueblos subdesarrollados. Sus denuncias se centraban en el saqueo de recursos y la imposición de regímenes neocoloniales. En el contexto de noviembre de 2024, los colaboradores de "Revolución, rebeldía y esperanza" y quienes nos dimos cita en la Diplomatura actualizamos el objeto de la lucha. Se pone el foco en la emergencia de gobiernos "neofascistas" y "ultraliberales" que promueven políticas de endeudamiento y concentración de la riqueza, así como una "Nueva Aristocracia Financiera y Tecnológica" que impone una "guerra cognitiva" a través del control de las plataformas digitales, manipulando la conciencia social y fragmentando a la población. Y en la "meritocracia" y el "mandato neoliberal de la autorresponsabilidad" que culpan al individuo por su situación, ignorando las estructuras sistémicas. Aunque el Che proponía la lucha armada, se destaca por estos días la necesidad de una "batalla integral" contra un sistema que sigue buscando la "apropiación del plusvalor bajo distintas formas actualizadas", utilizando ahora el "dataísmo del odio" y la manipulación discursiva. Ambos discursos, aunque separados por décadas, identifican al capitalismo como el enemigo fundamental, adaptando las estrategias de resistencia a las nuevas configuraciones de poder.

 

De la unidad de los pueblos oprimidos a la construcción de comunidad y la desarticulación del individualismo

Para el Che, la unidad de los pueblos oprimidos era fundamental en la lucha contra el imperialismo. Él veía la masa como un sujeto político activo, capaz de forjar su historia y sus líderes. En el presente, los autores de la compilación diagnostican una "carencia de un horizonte utópico de socialismo, liberación, emancipación y justicia social" y una profunda "hiperfragmentación social" fomentada por las lógicas del capitalismo digital. En la Diplomatura, conscientes de este individualismo exacerbado, buscamos "construir comunidad entre personas comprometidas" y utilizar el trabajo grupal como una herramienta para romper el aislamiento masculino, generar interpelación horizontal y favorecer la responsabilización compartida. La propuesta es pasar de la "autosuficiencia y autonomía omnipotente" a una "autosuficiencia doméstica de cuidados y parental", promoviendo una visión de masculinidad más conectada con la vida y la comunidad, en línea con la visión guevarista de una sociedad donde el beneficio individual se deriva del progreso social.

 

Del antidogmatismo guevarista a la crítica del binarismo: la apertura a la multiplicidad y la complejización de la realidad.

El Che se caracterizó por su postura "antidogmática" y su crítica al "marxismo vulgar del socialismo real". Su enfoque enfatizaba la praxis real y una teoría dinámica en permanente reelaboración, reconociendo la diversidad de tradiciones revolucionarias y la necesidad de "crear dos, tres, muchos Vietnam" como una estrategia flexible ante un enemigo global. En el análisis de las masculinidades en la Diplomatura hemos cuestionado el "pensamiento binario y dualista" que impone modelos de género excluyentes y simplistas. Y abogamos por una visión de "masculinidades en plural" que se articula con diversas coordenadas (raza, clase, sexualidad). La crítica a la "actitud punitivista" y la búsqueda de un "tercer arco" que equilibre la protección de las víctimas con la reeducación y el apoyo a los varones refleja la distancia del dogmatismo y la rigidez. La reinterpretación contemporánea de "crear dos, tres, muchos Guevaras" subraya una idea hacia la multiplicación de individuos transformados en diversos ámbitos, impulsando una "permanente deconstrucción y constante revisión" de las propias prácticas, lo que demuestra una continuidad en la búsqueda de la flexibilidad y la capacidad de adaptación ante las cambiantes formas de opresión.

La comparación entre las ideas del Che Guevara y las perspectivas que asumimos en la Diplomatura en Masculinidades permiten enunciar que, si bien las formas de opresión y las tácticas de resistencia han evolucionado con el tiempo, el núcleo de la lucha por la liberación humana y la transformación subjetiva permanece vigente. La figura del Che, desmitificada y recontextualizada, sigue siendo una fuente de inspiración ética y política para una sociedad que, en 2024, busca deconstruir los legados de dominio y construir un futuro más justo y equitativo.

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